martes, 23 de junio de 2015

Primera piedra de la Basílica de María Auxiliadora




En este año del bicentenario del nacimiento de Don Bosco y de la institución de la fiesta litúrgica de María Auxiliadora, coincide también otro importante aniversario: los 150 años de la colocación de la primera piedra de la Basílica de María Auxiliadora de Turín (Italia), que tuvo lugar el 27 de abril de 1865. En un sueño profético de 1844, a comienzos del oratorio, la Virgen María, que se le presentaba como una Pastorcita, lo había invitado a echar un vistazo a mediodía. “Miré y vi un campo sembrado de hortalizas. ‘Mira otra vez’, me dijo. Miré una vez más y vi una magnífica iglesia bien grande. En su interior había una faja blanca sobre la que había escrito en grandes caracteres: Hic domus mea, inde gloria mea (Esta es mi casa, de aquí saldrá mi gloria)”.


Los trabajos de construcción, confiados a la empresa del capataz Carlo Buzzetti, se iniciaron el otoño de 1863. Una vez concluida la excavación, en abril de 1864, Don Bosco dijo a Buzzetti: “Quiero darte en seguida un adelanto para los grandes trabajos”. Y al decir esto sacó su portamonedas, lo abrió y dejó caer en las manos de Buzzetti su contenido: ocho monedas, ni siquiera una media lira. “¡Tranquilo! La Virgen proveerá el dinero necesario para su iglesia”. La piedra angular de la futura iglesia de María Auxiliadora fue bendecida por el obispo de Susa, Monseñor Giovanni Antonio Odone, y colocada por el Duque Amedeo de Aosta, hijo de Vittorio Emanuele II, con la participación del alcalde, del prefecto y de otras insignes personalidades.


Don Bosco dio a conocer el hecho al gran público con un fascículo conmemorativo y organizó una grandiosa lotería. Esa misma noche del 27 de abril, después de haber participado en el acto e invitado por Don Bosco y sus muchachos a visitar el Oratorio, el Duque Amadeo tuvo una cena con distinguidos personajes. Después de narrarlos la hermosa función a la que había asistido, dijo: “Es algo verdaderamente maravilloso lo que hace este pobre sacerdote. ¡Ojalá hicieran otro tanto, si fueran capaces, algunos que se glorían de grandes obras!”. Y entre otras pruebas de agradecimiento, conmovido por la recepción de los alumnos del Oratorio, regaló una generosa cantidad de su caja personal para concurrir en las obras de la nueva iglesia.


Así, durante el año 1865 las obras de la Basílica avanzaron hasta cubrirse el techo y acabarse la bóveda, a excepción del espacio que debía ocupar la circunferencia de la cúpula. “En este bicentenario del nacimiento de Don Bosco y de la institución de la fiesta litúrgica de María Auxiliadora es justo hacer memoria de la ‘Gloria’ que María Auxiliadora ha manifestado desde su casa.


Especialmente hoy, María quiere que de esta su casa, su ‘Gloria’ alcance hasta nuestras casas, renovando la vida de las familias según el designio de Dios”, afirma don Pierluigi Cameroni, Postulador General de las Causas de los Santos de la Familia Salesiana. Primera piedra de la Basílica de María Auxiliadora 150 años después, la Providencia lo hizo todo El 27 de abril de 1865 se celebró la colocación de la primera piedra de la Basílica de María Auxiliadora en Turín. Don Bosco empezaba a hacer realidad el sueño en el que la Virgen María le encargaba “una magnífi ca iglesia”.
fuente: Felipe Alonso www.donbosco.es

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